A 15 años de la muerte de Pocho, mi viejo...



...rescaté este poema que empecé a escribir con poco talento y mucho dolor cuando se nos fue intempestivamente. Aquí está para los que lo conocieron y los que no, como un modesto y sentido recordatorio.

Brindis con mi viejo.

Viejo, hoy quiero ser poeta
para emular tus versos,
sacar del alma mi pena,
mi bronca y mi rebeldía.
No siento dolor ya,
siento sed de justicia.
Quiero que alguien me explique.
Si ya casi la tenías...
Ahí estabas...¡tan cerca de todo!
y...¡qué ironía!
Te atropelló la muerte... a vos... ¡justo a vos!
¡Que llevaste por delante la vida!
Que no te paró nadie
en el terco afán de vencer la suerte esquiva.
Que alejaste el pesimismo
y la adversidad mil veces.
Que conociste la cima y el abismo
y te abriste paso a trompadas
Intentando todas,
sin aflojar nunca, sin regalar nada.

Y te sobró.

Para desparramar vida;
para pelear por la de otros;
para enfrentar la injusticia
y vomitar verdades hasta el último día.

¡Traicionera muerte!...
Que esperaba escondida
para asestar su golpe artero,
como única forma de vencer en la porfía.

¿De vencer?

¿Acaso te ha vencido?
¿A vos, que fuiste gigante
como el mar y la montaña que fueron tus amigos?
¿A vos, que te moldeaste en forja propia,
donde fuiste atizador y herrero
y en la misma fragua diste forma a tus sueños?
¿Qué fuiste trashumante estoico;
luchador empedernido,



que no transaste jamás con la indecencia?
¿A vos, que venís de la tierra,
que sos tierra, suelo y semilla?

¡qué te va a vencer la muerte perra!

¡Si ahí estás!
Con la frente alta y el pecho henchido;
con tu gaucho en el alma;
con tu mueca burlona y tu mirada clara.
¡Como sobrándola a la vida!
¡Qué te van a vencer!... ¡si está tu huella
en mil caminos... en el aire...
en el corazón de cada amigo!
¡Si tu mujer sos vos,
...como tus hijos!
Seis mojones que plantaste
y que a su vez plantaron otros.

¡Quien se atreve!

¿Acaso no es tu rosa el más vivo testigo
de que estás con nosotros,
de que no has partido?
Viejo...dame tu vaso y apuremos este vino
Hay que celebrar estos versos
que me salieron del alma
Y que vivirán conmigo.
Vamos Viejo, brindemos todos juntos;
vayamos junto al fuego reparador del asado
Dame un abrazo...
que afuera la noche nos lastima con su manto frío.


Alberto Hernández (h)

Córdoba –escrito entre el 27/02/97 y el 22/11/1999

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