Ahora es pasado, segun Einstein, Heráclito y Stella Artois
Yo vivo el presente - me decía una amiga, cerveza de por medio en una de estas noches calurosas, en la cordobesa Carlos Paz - el futuro esta por verse y el pasado no es, ya fue. Y enfatizaba: ¡el presente es lo único que existe!.
Me serví un vaso de dorada "Stella Artois" bien hasta arriba y bien espumoso - no entiendo a los que la toman sin espuma que es la que le pone su toque fiestero - y le contesté: ¡Error querida! ¡el presente es el que no existe! es como la arena seca entre las manos, se te va escurriendo. El ahora ya es pasado.
"Ahora", esa palabrita mágica ya quedó cinco palabras atrás. En cambio para Ud. lector en este momento es un futuro probable - obviamente si lee esta nota. ¡Aunque no, Ud, ya la está leyendo por lo pronto aquel ahora ya es pasado también para Ud!. Esto se está complicando.
Veamos - le decía a mi amiga que me miraba con los ojos desorbitados porque le estaba rompiendo todos los esquemas - yo ahora estoy tomando cerveza con vos - y yo acababa de apurar el último trago - podemos convenir eso, pero resulta que no tengo más en mi vaso, por lo tanto ya no tomo, tomaba, pasado, pasado reciente, pero pasado. El presente es una convención de los hombres - en realidad el tiempo, que es sobre lo que estamos filosofando, es una convención. Para poder hablar del presente debemos convenir el período al que nos referimos: este día, esta hora, este minuto, este segundo. No tenemos ese problema con el futuro, que solo está en nuestra mente y que tiene la dimensión y la temporalidad de nuestros proyectos e inclusive puede ser medido hasta más exactamente, reformulado, acotado y también disfrutado.
Yo siempre digo que los seres humanos somos puro recuerdo. Si no recordamos no estamos vivos y esto no significa - como ya decía irritada mi amiga - vivir sumergido en lo que pasó. Pero lo que pasó, es lo único verdadero, es lo que queda registrado en nuestra mente, en fotos, en películas, en hijos, en amigos, en obras... Al pasado podemos recurrir siempre que queramos, podemos recrear una y otra vez los sucesos de nuestra vida. Ya es, existe. Esa ciudad que veo desde mi ventana, es un testimonio del pasado. Esos edificios y esas calles, se hicieron hace tiempo y aunque están ahí, a cada paso cambian, a cada mirada son distintos, ya no son lo mismo.
Podríamos decir, como la genial obra de Calderón, que la vida es sueño y transcurre en nuestra mente o al decir del inmortal Heráclito de Éfeso, que lo único que existe es el movimiento - "No es posible descender dos veces el mismo río." - pontificaba.
El presente - le decía a mi amiga que estaba fuera de sí - es un arco voltaico entre el pasado, contante y sonante y el futuro que proyectamos, que tiene forma, color, dimensiones, tiempo, concebido en nuestro cerebro. El presente, querida es lo único que no existe.
Me serví un vaso de dorada "Stella Artois" bien hasta arriba y bien espumoso - no entiendo a los que la toman sin espuma que es la que le pone su toque fiestero - y le contesté: ¡Error querida! ¡el presente es el que no existe! es como la arena seca entre las manos, se te va escurriendo. El ahora ya es pasado.
"Ahora", esa palabrita mágica ya quedó cinco palabras atrás. En cambio para Ud. lector en este momento es un futuro probable - obviamente si lee esta nota. ¡Aunque no, Ud, ya la está leyendo por lo pronto aquel ahora ya es pasado también para Ud!. Esto se está complicando.
Veamos - le decía a mi amiga que me miraba con los ojos desorbitados porque le estaba rompiendo todos los esquemas - yo ahora estoy tomando cerveza con vos - y yo acababa de apurar el último trago - podemos convenir eso, pero resulta que no tengo más en mi vaso, por lo tanto ya no tomo, tomaba, pasado, pasado reciente, pero pasado. El presente es una convención de los hombres - en realidad el tiempo, que es sobre lo que estamos filosofando, es una convención. Para poder hablar del presente debemos convenir el período al que nos referimos: este día, esta hora, este minuto, este segundo. No tenemos ese problema con el futuro, que solo está en nuestra mente y que tiene la dimensión y la temporalidad de nuestros proyectos e inclusive puede ser medido hasta más exactamente, reformulado, acotado y también disfrutado.
Yo siempre digo que los seres humanos somos puro recuerdo. Si no recordamos no estamos vivos y esto no significa - como ya decía irritada mi amiga - vivir sumergido en lo que pasó. Pero lo que pasó, es lo único verdadero, es lo que queda registrado en nuestra mente, en fotos, en películas, en hijos, en amigos, en obras... Al pasado podemos recurrir siempre que queramos, podemos recrear una y otra vez los sucesos de nuestra vida. Ya es, existe. Esa ciudad que veo desde mi ventana, es un testimonio del pasado. Esos edificios y esas calles, se hicieron hace tiempo y aunque están ahí, a cada paso cambian, a cada mirada son distintos, ya no son lo mismo.
Podríamos decir, como la genial obra de Calderón, que la vida es sueño y transcurre en nuestra mente o al decir del inmortal Heráclito de Éfeso, que lo único que existe es el movimiento - "No es posible descender dos veces el mismo río." - pontificaba.
El presente - le decía a mi amiga que estaba fuera de sí - es un arco voltaico entre el pasado, contante y sonante y el futuro que proyectamos, que tiene forma, color, dimensiones, tiempo, concebido en nuestro cerebro. El presente, querida es lo único que no existe.
Einstein determinó que el tiempo se dilata - se estira, se alarga - cuando uno se mueve a la velocidad de la luz - cosa poco probable que pueda hacer por mi falta de estado físico, pero al solo efecto de mi postura filosófica viene bien. Si vamos más rápido podemos llegar hipotéticamente a detener el tiempo o volver atrás al pasado -como solía hacerlo Supermán, antes de que se cayera del caballo- lo que nos podría dar como resultado un presente perpetuo, lo que estaría bueno, ya que mi cerveza duraría mas, la espuma tardaría mas en disiparse o me podría tomar varias birras en el mismo tiempo o inclusive, querida amiga -le decía cada vez más entusiasmado con mi teoría - podríamos discutir esto, hacer el amor, terminar, volver a discutir y volver a amarnos, todo ahora, en el mismo tiempo, viviendo un presente muy intenso. De todas maneras como todo esto sucede a la velocidad de la luz y dadas las escasas posibilidades de llegar a esos km/s, hay que aceptar que lo que hacemos, lo que decimos, lo que vivimos, en el mismo acto de hacerlo ¡pasan a ser pasado!.
Concentrado en mi discurso, que habia desarrollado casi sin respirar para no perder la hilación de mi pensamiento, no habia percibido que mi amiga me empujaba en dirección de la puerta de su casa mientras me gritaba:¡ no te voy a exigir que sea a la velocidad de la luz, pero tomatelás lo más rapido posible!
Y ahora que lo pienso, ¡con qué ganas volvería para atrás el tiempo para cambiar esas inútiles disquisiciones filosóficas con mi querida amiga, por un buen rmomento en su cama! De esa forma hubiéramos aprovechado intensamente ese presente y ella no sería parte de mi pasado.
¿Se entendió?
Alberto Hernández
Concentrado en mi discurso, que habia desarrollado casi sin respirar para no perder la hilación de mi pensamiento, no habia percibido que mi amiga me empujaba en dirección de la puerta de su casa mientras me gritaba:¡ no te voy a exigir que sea a la velocidad de la luz, pero tomatelás lo más rapido posible!
Y ahora que lo pienso, ¡con qué ganas volvería para atrás el tiempo para cambiar esas inútiles disquisiciones filosóficas con mi querida amiga, por un buen rmomento en su cama! De esa forma hubiéramos aprovechado intensamente ese presente y ella no sería parte de mi pasado.
¿Se entendió?
Alberto Hernández
Comentarios
Again?
Será que siempre el primer puesto será mío? Jajaja!
Pero qué ganas de complicarme la existencia con el presente que ya es pasado!
Toda la vida me la paso diciendo que soy mujer de presente, tal vez con miras al futuro. Pero... pasado? Never!
Todavía no entiendo a esa gente que dice que no se arrepiente de nada de lo que hizo en el pasado.
Yo tengo tantas cosas de qué arrepentirme! Ufffffffff!
Soy imperfecta.
Entiendo lo que decís y hasta me parece divertido.
Pero, gracias a Dios, no me aferro del pasado. Ni siquiera de la Stella Artois que pude haber tomado hace un rato nomás.
Mi aferrarme al presente tiene que ver quizás con dolores o pérdidas que tuve en el pasado.
O sea que, tal cual lo digo en tantos posts de mi blog, yo le meto para adelante, como una auténtica wonderwoman sin que haya nada ni nadie que me detenga.
De todas maneras sigo pensando que tenés razón. Lo que hacemos en este momento ya es pasado.
Está buena tu deducción.
BACI, STEKI.
Mi pasado me empuja.
no se si fui claro pero a lo pasado pisado...
abrazos.
Pablo
disfrutala..
Pablo
Me mareé un poco, te voy a confesar.
Pero he llegado a tu misma conclusión: lo pasado pisado, pista, fue.
BACI, STEKI.
- Daniel