El reclamo de la Villa El Libertador y la planificación de la ciudad



La situación de Villa El Libertador es de total abandono, tal como lo confirmamos en la bicicleteada de la semana pasada, así que es comprensible el reclamo de los vecinos. También lo es que piensen que si nadie les da bola, mejor se arreglan solos. Pero esto viene desde lejos y no solo han sido olvidados ellos sino casi toda la zona Sur. ¿Cuánto tiempo estuvieron reclamando los vecinos de los barrios Alejandro Carbó, Comercial, Inaudi, Santa Rosa y San Antonio, con el indoro gigante? Hoy las napas de Villa El Libertador están a 5 metros y los pozos se llenan en pocos días, así que todo eso va a parar a las calles; es un problema sanitario de primer orden. Pero no es solo eso, las calles están destruidas y cuando caen dos gotas se inunda todo. <> me decía Alberto, uno de los innumerables quinieleros, que junto a los remiseros truchos, son una de las fuentes de trabajo en un barrio de albañiles, poceros y comerciantes. Esto está pasando en innumerables barrios de Córdoba y son miles los cordobeses que sienten que nadie se acuerda de ellos ni les lleva el apunte.Entonces cuando, con todo derecho la gente salen a protestar todos se alarman, todos prometen y los candidatos ensayan propuestas de apuro. Coincido con la mayoría de ellas: No estamos de acuerdo con la escisión del barrio pero sí con que los CPC tengan mayor autonomía, mayor presupuesto y la posibilidad de decidir políticas para su zona, dentro de la planificación global de la ciudad. Hasta ahora los CPC son la expresión de un proceso de "Desconcentración administrativa", es necesario avanzar hacia la descentralización y la participación activa de los vecinos en la formulación y el control de las políticas públicas. Lo que nadie dice, tal vez porque no conviene pelearse con el poder real, es que esta situación de Villa El Libertador es una muestra de que Córdoba es una ciudad que está siendo diseñada de facto y ha crecido al ritmo de las millonarias inversiones inmobiliarias que se vienen haciendo, orientada a sectores de alta rentabilidad y sirviéndose de la infraestructura existente que pagamos todos e inclusive realizando conexiones clandestinas. Más de 300 edificios se construyeron solo en Nueva Córdoba entre 2001 y 2010; han proliferado los barrios cerrados y los complejos habitacionales lujosos, con todos los servicios, piscinas, spa, canchas de tenis y hasta de golf y seguridad privada. Entre 2001 y 2010 la Municipalidad otorgó permisos de edificación por más de 12.000.000 de m2 y se despacharon más de 15 millones de toneladas de cemento. A Villa El Libertador y a los barrios laburantes de Córdoba les tocó poco y nada. Edisur, Ecipsa, Dinosaurio, EISA, Euromayor, etc, son los verdaderos “planificadores” de la ciudad, su voracidad no tiene límites y nadie se los pone; solo lo intentó la anterior gestión, pero fue una lucha feroz. El resultado es una Córdoba, donde en un extremo tenemos ghetos de ricos que gozan de todos los servicios y comodidades, incluso lujo, y en el otro, amplios sectores que padecen la ciudad y carecen de casi todo. Esperemos que el Plan Director que se envió al concejo deliberante venga a subsanar estos desequilibrios; aunque es para dudar cuando uno ve que quienes integran el Concejo de Planificación Urbanística, además de los organismos técnicos, profesionales y del Estado, son las cámaras empresarias y la Ceduc. Es decir todos los que hacen grandes negocios con la ciudad; no figuran las organizaciones sociales, ambientales o vecinales que seguramente tienen otra mirada sobre la ciudad que quieren para “disfrutar dentro de 10 años”, con justicia social, más humana, más solidaria, menos consumista, saludable e inclusiva. Es necesario que ese plan director se convierta en una Planificación Democrática, para que los cordobeses podamos ser protagonistas en el diseño de la ciudad que queremos; que sea consensuada con la sociedad y las distintas expresiones políticas; que adquiera rango constitucional incorporándola a la carta orgánica y se convierta en política de Estado.


Alberto Hernández

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