En el "The Paisa's Market"

La estrella del Deportivo Plato

Domingo 9:00 am. El día bogotano se presenta soleado, bien bacano, aunque como es habitual nunca se sabe. No obstante a esta hora invita a salir. Algunos a tomarse un tinto en el bar de la esquina, otros a pasear el perro, a caminar, andar en cicla o echar chisme. Esto último es lo que decidió hacer el samario Pascual y se encaminó al mercadito de don Samuel, el paisa,  que tiene "todo para el agiaco, el sancocho y el cuchuco".
-Buen día Samuel ¿que más?
-A la orden vecino ¿como está? hace días que no se le ve por acá...está más perdido que Duque en clase de historia
-Anduve medio maluco pues, pero en la droguería me dieron unas pastas berracas y hasta hoy que me compuse, ahora ando eufórico como Falcao después de hacer un gol
-Y hablando de fútbol, ¿el chino ese que era una promesa de jugador? ¿Todavía lo representa?
-¡Ahhh!, mi sobrino el Jairo, ¡si 'eñor! es bueno el pelao, pero le gusta la rumba y se ha metido con una vieja que lo lleva a esa vaina cada dos por tres.  Todavía está jugando en el Deportivo Plato. Tenía una oferta del Unión Magdalena pero ahí está en la nevera. Hace poco le regalé unos guayos nueviticos muy chéveres, pero si no sale la transferencia ya no voy a poder pasarle mas plata y en el club le tiran unos billeticos de vez en cuando
-Me parece que en eso no tiene espuela, no es lo suyo andar representando jugadores. Hágale a su puestico de tamales, con eso le va a ir mejor, que camellando se sale adelante. Me había contado el otro día que su sobrino había jugado enguayabado...si les da papaya lo van a mandar al banco, ese patirrajao así no va a llegar a ningun lado. ¿Sí o no?
-No me lo recuerde parce, este chino es medio conchudo y dos por tres me saca la piedra. A veces me parece que me está mamando gallo. Tendría que devolverme a Santa Marta para seguirlo de cerca. Que si me para bola y logro hacerlo juicioso, se puede vender bien y me ingresaría una platica interesante para echar pa' lante y poner un buen negocio. No voy a tirar la toalla. Ya tengo visto un local bien ubicado que me arriendan a buen precio, una nevera, estanterías, mesas, exhibidores. A los tamales le agrego arepas, tinto, caldito de costilla o una buena changua y para la noche pola, aguardientico y un poco de música ranchera y le aseguro que en un añito ya tengo para comprarme un carro de segunda mano para poder salir por ahí y......
-Pare Pascual que ya me está dando jartera, todavía ese man le va a seguir dando disgustos...se ve que no tiene oficio, le gusta alzarse la bata seguido ¿sí o no?
-Si, que pena, don Samuel, le di mucha lata con mi cantaleta y ya me cogió la tarde, tengo que ir por los tamales que ya llegan varios clientes por su desayuno
-¿Le provoca algo? Tengo todo a precio de huevo y hoy va con ñapa
-Regáleme unos aguacates...ahoritica tengo afán, después me devuelvo a hacer mercado para enviarle al chino. Tiene que alimentarse bien...
-Pero mire que usted es más duro que sancocho de tuerca. Llévelos y le cobro todo cuando vuelva. Vaya con Dios vecino y apuéstele a los tamales que le van a dar mas satisfacciones.
El sol, ya había dado paso a una nubes y un vientito fresco obligaba a abrigarse un poco. Hacia la esquina de siempre se dirigió el samario, donde ya lo esperaba su clientela, mientras seguía  imaginando a su sobrino jugando el mundial ovacionado por toda la hinchada tricolor.
-Don Pascual, póngame cuidado, ¿en qué país anda ? quiero dos tamales de los grandes..
-Que pena su merced, ya la atiendo-le dijo el samario saliendo de su ensimismamiento y tirando instintivamente a un imaginario balón una patada que casi voltea la olla.

Alberto Hernández

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