La muerte cotiza más alto en Europa.
Lo sucedido en
Barcelona conmueve, estremece. La muerte apareciendo de la nada,
artera, cuando la vida se regodeaba entre aromas veraniegos y
festejos. Alguien, algunos, catorce o más, que tenian planes para el dia,
para el mes o para el resto de sus vidas que se truncaron al paso
de un bolido que un loco lanzó a toda carrera. Inocentes. No se
puede menos que solidarizarse, preocuparse por los conocidos y
sumarse al nunca más y no les tenemos miedo, vamos a seguir viviendo
y soñando. Todo el mundo lo hizo, todos los gobiernos, todas las
gentes. Las redes se saturaron de mensajes de condolencia, de
condena, de aliento.
No vi la mismas
manifestaciones de solidaridad y pesar por los 400 muertos y 600
heridos de Sierra Leona. No lo vi en los portales de noticias ni en
la primera plana, no lo vi martillando en los noticieros la
conciencia de los televidentes. No vi tantos Twits ni posteos en el
facebook, ni mensajitos en el wathsapp compadeciéndose de la suerte
de esos centenares de seres humanos a los que la muerte se llevó sin
avisar. Ellos tambien dormían soñando tal vez, no con viajar, o
gozar de la vida sino con ser un poquito menos pobres, conque
defintivamente deje de azotarlos el ébola.
Tantos unos como
otros son víctimas de las políticas imperialistas de occidente
liderados por los EEUU. Porque a ISIS, ya se sabe lo creo, armó y
prohijó EEUU como parte de la estrategia para socavar las bases del
gobierno Sirio y se les fue de las manos. Hoy vuelve como boomerang
sobre ellos y sus aliados de la OTAN que no dudaron nunca en invadir
y matar hombres mujeres y niños en Iran, Irak, Afghanistan, Siria,
Libia o Palestina. Son esos mismos intereses imperialistas y su afan
de negocios y control del mundo los que condenaron a Sierra Leona a
la pobreza, mientras extraen sus diamantes, su bauxita y otros
minerales.
Escribe hoy en La
Voz del Interior, Juan Pablo Mena, politólogo cordobés radicado en
Barcelona: “Se me hace muy raro ser consciente, dado lo sucedido,
de que vivimos en un mundo tan demente. Pienso que lo que sucedió no
es más que un acto reflejo, a pequeña escala, de miles de
situaciones injustas que se suceden alrededor del planeta en nombre
de Occidente; y no sólo injustas, sino también crueles y destinadas
a la destrucción de pueblos enteros, de familias que se quedan en el
camino, de éxodo, de diáspora, de tristeza y soledad. Exactamente,
la misma experiencia que vivirán los familiares de los inocentes
caídos hoy, en nombre de los que caen todos los días.”
Exactamente la
misma que vivirán los caidos en Sierra Leona aunque aquí la muerte
se vista de cataclismo natural, pero que afecta, no por casualidad a
los que menos posibilidades tienen de vivir en zonas seguras y
protegidas. A los mas pobres.
Probablemente los
que murieron ahora y antes en Europa, no sean tan inocentes como los
del país africano. Seguramente más de uno votó a sus gobiernos
intervencionistas, que apoyan al guerrerismo norteamericano y
participa de los botines de guerra.
Duelen los muertos
de Barcelona, duelen los muertos de Sierra Leona. Duele este mundo.
Alberto Hernández
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