Bustos y su ejército contra Tosco y sus trabajadores



Es una verdadera verguenza lo aprobado por la legislatura provincial designando a la Av. Circunvalación de la Ciudad de Córdoba como Av. Juan Bautista Bustos, no porque el brigadier no se merezca el homenaje, sino porque lo pone en una situación de confrontación histórica con otro icono de Córdoba como Agustín Tosco y expone al manoseo de la figura y el nombre de los dos. Por ordenanza 11.130/06 el Concejo Deliberante de Córdoba designó merecidamente a la Av. de Circunvalación en toda su traza como Av. Agustín Tosco y así se la conoce inclusive a nivel internacional (Wikipedia) y lo hizo después de pedir informes a todos los organismos especializados, inclusive a Vialidad Nacional y el Ersep. La información, que consta en el expediente, avala la facultad de la Municipalidad de designar las rutas nacionales que cruzan el ejido municipal (tal el caso de la Av. Amadeo Sabattini). La Nación y la Provincia ha delegado la facultad de nomenclar a estos tramos a los municipios y eso puede verse en cada pueblo o ciudad que crece a la vera de una ruta. De otra manera habría una injerencia inadmisible en el catastro municipal, violando la autonomía garantizada por la Constitución. Y sea como sea, la Av.de Circunvalación es parte de la ciudad, integra el paisaje, la divide, la une y la sectoriza y es una referencia clave del planeamiento urbano.
En su momento fue muy difundida la discusión sobre la designación de la Av. de Circunvalación, e inclusive varios medios hicieron encuestas porque había dos candidatos mas a quedar inmortalizados en su traza: Eva Perón y Arturo Frondizi. Ganó ampliamente Agustín Tosco que por otra parte esta favorecido por la ordenanza que regula la nomenclatura de las calles que le da preferencia a personajes de Córdoba. En ese momento el gobierno provincial no reclamó para sí el derecho a designar a dicha avenida por lo que es de suponer que estaría de acuerdo; y suponiendo que el gobierno provincial tuviera razón en que es su derecho, hubiera correspondido una actitud de diálogo con las autoridades municipales y analizar alternativas para que la memoria de estos dos grandes hombres de Córdoba no sea refregada en el piletón de las mezquindades políticas. Eso debería haberse planteado el vicegobernador que fue uno de los concejales que aquella vez votó esa ordenanza.

Alberto Hernández

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