Cecilia, amiga del duende de las palabras.


Palabras. Las hay bellas, sonoras, secas, terribles, olorosas, alegres y tristes. Hay palabras que nos golpean, que nos ofenden, otras que nos halagan, que nos homenajean, lisonjeras, suaves, musicales que acarician el alma. Las hay profundas y cavernosas y también livianas, volátiles, etéreas. Las palabras tienen magia, encanto, vida y responden a un duende que las ordena o las desordena, las reinventa, crea nuevas y las pone a circulación. Las va hilando armoniosamente para expresar cabalmente una idea, un sentimiento, una experiencia de vida o las ficciones que pueblan nuestra mente. A veces el duende no está en su día, se fue a pasear o simplemente juega con nosotros y las palabras se vuelven rebeldes, se esconden traviesas y no las encontramos, se deforman y se hacen pasar unas por otras. Entonces salen frases sin sentido, incomprensibles, infieles a nuestros pensamientos, equívocas, mediocres, inarmónicas, de las que no podemos sentirnos satisfechos. Es indudable que el que quiera escribir debe andar bien con el duende y no intentarlo si éste no lo acompaña. Cuando está de nuestro lado las palabras salen ágilmente danzando al compás de una bella música que nos solaza el espíritu. A mi amiga Cecilia Cimiotto, el duende la acompaña siempre y le permite como a pocos volcar en su poesía la magia de las palabras. Publico, con su permiso, dos de los que más me gustaron.

eledil


Poema c.1.

acaso pueda dibujar
mis pechos con la acuarela
de una lengua,
estrofar caricias
con un nombre en mi
pubis,
cincelar mis uñas
con una nueva piel
que nos redima
acaso no pueda mas
que destrazar esta silueta
que busca un vertice
cada madrugada sin agujas
acaso deba
conjugar solo un verbo sin adjetivos
para volver a este presente
y desvestirme de
locura.......


poema c.1.05

Agoreros estoques
pusieron en mi boca
la palabra amor y tu nombre
en un suspiro
Con espejos de alondras
fui calando por si acaso
este gesto visceral
en cada noche de tus verbos
Y fuimos tiempo,
lagrimas,
osadia de lo efimero
un argumento causal
que nos fue haciendo
materia,
hasta partirnos.

Comentarios

Menena dijo…
Querido primo Presidente, siempre fuiste amigo del duende. Tu amiga Cecilia, debe haber sonrojado ante tu bella prosa de mimos y halagos.
Todavía no me explico porque hace como "nosécuanto", elegiste estudiar la frialdad de los números y de los cálculos de ingeniería.
Tu prima en el Jubileo.
Alberto dijo…
Che...muy lindo los halagos, muy buenos los reencuentros que nos posibilita internet con parientes y amigos cercanos y otros que moran en lejanas latitudes, pero estaria bueno que sean mas piolas y no mencionen su parentezco o su grado de amistad para que si por casualidad, alguien imparcial entra a leer esta pagina no piense que tengo una corte de adulones, una claque de parientes y amigos que me alaban poque me quieren mucho. Disimulen y traten de parecer criticos literarios o lectores imparciales, asi cotizan mas alto las opiniones. Je je. De todas maneras les agradezco a todos los que dejan comentarios. Los quiero mucho.

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