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Mostrando las entradas de noviembre, 2008

Diario de la accidentada epopeya de recorrer sudamérica. De como se frustró y otras desventuras

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Capítulo IV De nuestra lamentable y poco gloriosa entrada en el país trasandino, de como nos curraron y como nos alojamos en un hotel parejero Y la luz se hizo. Que sensación de alivio experimentamos cuando transpusimos la boca del túnel y vimos seres vivos que nos hacian señas de que avanzáramos. Nos golpeó el imponente paisaje de la cordillera chilena - como si semejante arquitectura natural pudiera tener nacionalidad - y terminó de sacudir los últimos vestigios de sombras remolonas que todavía se negaban a abandonarnos. Como el 404 había sorteado exitosamente la prueba del túnel, para no tentar al destino, seguimos rápidamente, sin detenernos, hasta la aduana. En esos años Chile había puesto en práctica una politica agroalimentaria que perseguía la calidad de sus productos que se exportaban y ganaban mercados en el marco de la apertura económica del gobierno de Pinochet. Por esta razón se controlaba estrictamente el ingreso de alimentos, ya sean crudos o cocidos: quesos, fiam

Cuando la suerte que es grela...

Nunca, pero nunca, tuve suerte. Claro que me refiero a obtener algún premio en sorteos o juegos de azar, ya que en la vida debo reconocer que he sido y soy afortunado. Ni siquiera en las kermeses de barrio, ni en las fiestas vecinales de los días del niño adonde me llevaba mi padre y de donde volvía frustrado cuando los otros se llevaban los autitos, pelotas de fútbol o la bicicleta que era el premio mayor. Ni las rifas del cole, ni las del club y después, siendo mayor, ni las del sindicato, ni la quiniela, quini, toto, raspaditas varias, máquinas tragamonedas, bingo, etc. Nada de nada. Cuando recién había entrado a trabajar en la imprenta municipal y el sueldo era pobre, volví a tener esperanza en un golpe de suerte. Es sabido que en las administraciones públicas abundan los vendedores de cualquier cosa y también de rifas. Entonces se me dio por comprar de esas rifas que empiezan con sorteos "espera", después los mensuales hasta llegar al final donde al ganador se lleva auto

Cuando el dos por cuatro me llama por ahi me inspiro y algo sale

Quiero seguir la farra tango Cuando me lleve la parca no quiero llanto ni flores ni que me brinden honores amigos de circunstancias. Que no me venga con velas ñatos de la funeraria ni urnas estrafalarias para poder figurar. Quiero que los gomías y las minas que he querido se acuerden de lo vivido de pesares y alegrías de los triunfos y fracasos de aquellas risas y llantos de que viví con pasión de que entregué el corazón de cómo he querido tanto. Quiero que pelen la viola que se arme una buena farra y al compás de las guitarras chupen y canten por mí. Que se arme un flor de bailongo que florezca la alegría y que toda esa energía me entre en el corazón. Y yo te aseguro hermano que así la guadaña esquivo y con el primer descuido me le pianto del cajón. Letra: Alberto Hernández Música: vacante